El estilo libre y las nuevas formas de concepción sobre los condimentos te tenían nublado por esas épocas. No podías parar de pensar en el aceite de oliva y su nuevo protagonismo en las ensaladas, asunto que te traía por demás preocupado.
Fue por esos días que caminando por una vereda de la cuidad, que creías te pertenecía, algo te distrajo, viste pasar un auto verde y adivinaste que el próximo en doblar por esa vereda sería azul. Y así fue.
Lo habías descubierto, habías venido a este mundo para ser adivino y desde ahora en adelante, una nueva característica se sumaba a la de ser bueno, caminar lento y poder provocar que los muebles tiemblen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario