
Creo estar segura que para esos tiempos ya se había descubierto que la tierra era redonda, que giraba alrededor del sol y algunas de las propiedades curativas del agua termal.
Recuerdo haberte visto parado y prestando toda tu atención como un cíclope al exhibidor de chupetines marca Crazy- Pop en silencio. Parecías no decidirte cuál era tu color favorito para llevar a tu hermosa boca (sí, eso pensé, que tu boca era hermosa).
Llegó tu turno, miraste a Andrea, empleada del quiosco y gran fanática de Depeche Mode, parecía que recién te despertabas. Fue entonces que para sorpresa de todos le pediste un peso de chicles marca Bazooka, de gustos lo más surtidos posible y con cara de ganador de Quini 6, pagaste y te fuiste caminando felíz.
Y yo no pude más que quedarme ahí, sólo podía pensar en que quería besarte. Te quedaba muy linda esa remera que tenías, pero debo admitir que me parecía que caminabas medio raro.
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