los vidrios


Era la forma en que redactabas tus mensajes de texto donde podía leerse un todo un código enunciativo que sólo a vos te pertenecía.
Fue por esas épocas que yo me creía capaz de morder vidrio hasta romperlo sin lastimarme los labios en absoluto, que todo parecía darse en una forma espontánea pero con una gran tendencia a la planificación.
Decías que todo se te había ido de las manos y te acercabas perturbado debido a la cantidad de horas que habías pasado agachado en algún anden esperando ver a un tren descarrilarse, aunque deseando que nadie salga lastimado ni que los trabajadores lleguen tarde a ver a sus empleadores.
Yo te decía que te tranquilices y que era en la búsqueda de señales de referencia donde se nos estaba perdiendo el tiempo.

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