Zapatillas

Fue en el segundo en que mis zapatillas solo estaban apoyadas al borde de tu parecita, cuando supuse que seria lo mejor para todos si me sostenía de tu cuerpo en la altura con mi brazo, cruzándolo por tu cintura y llegando a tu espalda.
Me costaba respirar, no sé todavía bien por qué, pero supongo que es algo que tiene que ver con el vértigo y los nervios provocados por estar tan cerca nuestros cuerpos. Estabas congelado y la verdad es que el simple hecho de tocarte me ponía azul.
De repente el plan se hizo claro y simple, con toda la paciencia del mundo desplace mi brazo por sobre el tuyo, ése que llevaba hacia una puerta que también te conducía a preguntarte si era lo mejor abrirla, si era lo más recomendable irse o si era coherente quedarse.
Debo admitir que en ese mismo instante me abstraje, era poco competente para la resolución de tales cuestiones, lo que llevo a la aparición de cantidad insuperable de flores carnívoras aladas que cubrieron de rapidamente todo el cielo.

No hay comentarios: