Fue mientras Diego contaba de un jabón de lo más lindo que había visto en un sueño y yo dictaba textos enfermos al aire, que ambos nos quedamos callados en el mismo segundo.
Para cuando levanté la mirada, los ojos naranjas de Diego se encontraban por primera vez sobre los míos. En ese instante, que pareció aproximadamente cuatro domingos seguidos, todos mis asuntos pendientes pasaron por delante de mi frente, Diego los leyó hasta incomodarse y bajando la mirada explicó que el suelo amarillo es su favorito debido a que cuando la claridad viene desde abajo siempre sorprende. Asentí. Diego siempre tiene razón.
1 comentario:
"que pareció aproximadamente cuatro domingos seguidos" esos deprimentes?
-Diego soño cn un jabon
y yo soñe cn un "instructor de esqui". ja... jajajajjajajajjaja
changos rayos.-
Publicar un comentario