Adiós (Parte siguiente a la uno)

Cansada de ver cuantas veces puede ser doblado el envoltorio brillante de una Rodesia, Elsa se paro exaltada, una revelación pasaba por su mente, así como el espacio al lado de su cama, debía ahora vaciar la mitad de la casa, de ese modo la casa la ayudaría desde ahora a acostumbrarse a la idea de ser tostada sin dulce de leche, fideos con manteca sin queso, o pasto sin tierra.
Empezó por el placard, al abrirlo, se encontró con un monstruo gigante, que se presentó con el nombre de duda y le dijo que al revisar cada bolsillo de la ropa de Mario podría encontrarse con un secreto demoledor.
Pero el monstruo se volvió pequeño y se fue por debajo de la puerta del dormitorio al ver la risa de Elsa por encontrar en el bolsillo de la campera de trabajo azul, una cajita de tic tac con seis pastillas y tres tornillos medianos.

1 comentario:

A.M.A. dijo...

Que curioso que resulta el comportamiento humano. Hace justo dos anos que no escribo ni opino en un blog... y hoy, en la necesidad de hacer un poco de tiempo, frente a una computadora que no es mia, y que no le encuentro la #enie# ni las comillas ni los acentos, se me vino a la cabeza un nick que contenia esta direccion. Y de alguna forrma me encuentro felicitando a la, o las propietarias, de este lugarcito en el ciberespacio... que cada vez me ofrece menos para leer.
Nos estaremos leyendo mas seguido.
Saludos.

Ale Acosta.