Los quimonos.-

“Fue una suerte no haber nacido en algún país de oriente ya que de ser así estaría pasando por una de las situaciones mas incómodas de mi vida.
En este mismo momento, Rogelio esta caminando con su habitual elegancia felina sobre la parra que cubre la parrilla del patio, al hacerlo las hojas que no se encuentran muy bien ajustadas a las ramas se caen formando una lluvia de lo mas poética. La cual, de usar quimono no podría estar disfrutando ya que alguna de ellas se hubiese colado por el abismo que se formaría entre esa vestimenta y mi espalda, provocándome una picazón insoportable y un intento desesperado por sacarla de allí”
En eso pensaba Elsa en la misma casa, sentada en el mismo patio, con el mismo gato y bajo la misma parra.