Otoño

Es verla y morir en un segundo.
Es la furia del mar, una flecha perdida.
Una estatua de hielo que congela el mundo.
Una estatua de hielo jamás será tan fría.

Un rayo en la noche asusta al día,
Se llena de sombras la oscuridad constante.
Su mirada, que cruza el abismo, me quita la vida.
El rayo en la noche jamás será tan distante.

Su voz es la esencia del otoño entrante;
Suspiro que mata en forma de viento.
El otoño abraza mi pensar errante.
El otoño jamás me lastimó tanto.

Tormenta que cubre el cielo, cual suave manto.
Nostalgia de hoy es el calor del pasado.
Y ese abrazo duró ¿quién sabe cuánto?
Un abrazo nunca me había faltado.

La lluvia me ahoga, el tiempo es pesado,
Y en algún otro lado calma la sed.
El amor, por culpa mía, murió ahogado.
El amor que mata es el que nunca fue.


Matías J. Elizalde

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